Bembibre.

Blue Moon - Billie Holiday

POEMA 14. PABLO NERUDA.1924

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.



CONTiGO EN LA DiSTANCiA

Plástico y flores de papel.

Un armario pintado a base de permanentes,
el pasado y quienes siguen presentes.
Maletas amontonadas en un rincón, sin deshacer.

Todos mis libros apilados encina de la mesa.
CDs en las estanterías, algunos de mis diarios,
fotos y cintas viejas.

Spray en las paredes,
y el lienzo naranja que me pintaste.
Pósters, celo y chinchetas.

La mesita que forré, con plástico y flores de papel.
Dos camas, una entera y vacía.
Y la otra sepultada bajo ropa.

Una puerta gris, firmada solo por dentro.
Recuerdos, amigos y momentos.
Peluches empapados, soledades.

Etapas y edades, adolescencia
y mis adidas campus cosidas con grapas.
Mis lazos de colores para el pelo, metidos en una caja.


"El sitio de mi recreo"

Suave brisa de verano surca la terraza.
Se arremolina bajo el toldo azul.
Palpa cada hoja, se cuela entre ellas
y las acaricia.

Verde.
Y mi mente entre montañas verdes,
entre pinos, entre la hierba.
Subida al magnolio que regaba mi abuelo.
Sentada en esa piedra del rincón,
entre el laurel y la hiedra.

Y las flores amarillas de la esquina,
con las que elaborábamos
complicadas pociones mágicas.

Y aquella piscina de plástico
también azul.

Y la bici de paseo rosa
que todas hemos montado.

La luz del atardecer,
los últimos correteos libres
y una voz que llama desde la galería:
¡Niñas a cenar!