La misma canción.

Quiero que llegue alguien
que me sacuda
de encima este sentimiento
de frío y soledad
que me atrapa cuando tú no estás.

Y es que parece mentira
que me encuentre
a gusto durmiendo entre tus brazos.
Pero es así,
yo no puedo hacer nada.

Me clavas tu mirada,
me sueltas improperios, te enfadas.
Te pones celoso.
No me voy a liar con tu colega,
no soy como las demás.

Me gusta que me toques
como si quisieras
que te perteneciera.
Pero no te pertenezco.
Y tu a mí
menos.

Decidiste
que tu vida sólo fuese tuya,
y la verdad es que a veces me cuesta creer
que quieras
dejarme entrar en ella.

Vas de duro
pero sé
que en realidad todo eso
es como un muro para ocultar
la verdad.

No sé cuál es.
No sé si la hay.
No sé
si me quieres más
que a cualquiera por ahí.

Y yo siempre
estoy aquí, para tí.
Pero me voy a cansar
y me voy,
me voy a ir.

Harta de estar
en la cola de espera de tu vida.
Una y otra vez
la misma canción
de despedida.

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